Una concentración de historia antigua y moderna, cultura y tradiciones con pocas comparaciones en Cerdeña. Encaramado en la ladera oriental del monte Arci, Ales es el principal centro de Marmilla y quizá el obispado más pequeño de Italia, así como la «memoria histórica» de la isla gracias a sus antiguos archivos. Su territorio es rico en testimonios arqueológicos, vinculados, en la prehistoria, a la presencia de ricos y preciosos yacimientos de obsidiana en la montaña. La dominación romana comienza con la fundación, en el año 62 d.C., de la colonia de Uselis.
En la parte alta del pueblo se alza la majestuosa catedral de San Pedro, construida en 1686 bajo los dictados del arquitecto genovés Domenico Spotorno. En su interior alberga un raro crucifijo del siglo XIV. En la misma plaza de la catedral se encuentran el palacio episcopal, el seminario y el Oratorio de Nuestra Señora del Rosario. La estructura urbana y el aspecto monumental de algunos edificios le darán una idea cabal de la función de capital de la diócesis, ejercida desde la Edad Media.
Ales es la ciudad de Antonio Gramsci (1891-1937), uno de los políticos e intelectuales más influyentes de la Europa del siglo XX. Se le recuerda con una placa en su casa natal y en el espacio público que se le dedicó, obra del escultor Giò Pomodoro, que dispuso una planta triangular con elementos simbólicos (fuente y hogar). Toda la población participó en la realización del monumento. Otra gran atracción cultural de Alesina es la exposición del Museo de Juguetes Tradicionales de Cerdeña.
Del 7 al 10 de septiembre se celebra Santa María. Los devotos preparan la estatua de la santa, con delantales de seda adornados con encajes de colores y cadenas de plata con colgantes. El rito religioso se anuncia con el repique de los «sagrestaneddus», que recorren las calles del pueblo llamando al rosario de la tarde, recitado en sardo. Durante la última posta, se enciende una gran hoguera y, por la noche, se recitan los sugestivos «goccius cantaus». Cada uno de los tres días de fiesta se celebran dos procesiones con jinetes vestidos a la sarda que portan estandartes bordados.