Al norte de Bosa, a lo largo de la accidentada franja costera que conduce hasta Alghero, se alza un promontorio de naturaleza volcánica, alrededor del cual se alternan rocas rojizas de toba, calas y barrancos. Es Cabo Marrargiu, tan imperturbable y aislado que a lo largo de las décadas ha albergado especies de fauna majestuosas y extremadamente raras y, como resultado, se ha convertido en un parque biomarino. Llegarás ahí por senderos inmersos en los arbustos mediterráneos, entre mirtos y lentiscos, y te encontrarás en un paisaje atemporal: en el fondo septentrional Cabo Caccia, frente al islote de sa Pagliosa, al sur los acantilados de traquita blanca de Bosa. Al pie del "cabo" se extienden una serie de calas de guijarros con algunos tramos de arena que se sumergen en el mar azul y azul cobalto.
En estos parajes anidan alcones peregrinos, águilas reales y del Bonelli, pero el gran protagonista es otro rapaz, que no por casualidad da nombre a este tramo de costa: el buitre leonado. El parque es una atracción fatal para los aficionados a las aves, pero también un paraíso para los entusiastas del snorkel y el submarinismo: entre barrancos y pequeñas cuevas, antaño lugares de desembarco de los antiguos navegantes del Mediterráneo, aparecen langostas, meros congrios, morenas, corvinas, rayas besugos, gallinetas nórdicas, atunes y, sobre todo, corales, utilizados por los orfebres de Bosa para crear espléndidas joyas. La reserva natural, de 160 hectáreas, alberga también toda la gama del limonium bosanum de todo el mundo, una especie vegetal endémica y exclusiva del territorio de Marghine-Planargia.
Cerca de Cabo Marrargiu también encontrarás vestigios de arqueología industrial, con ruinas de minas de plata y manganeso. En una excursión en barco, podrás ver varias entradas de túneles excavados en la costa que se utilizaban para cargar los minerales extraídos. Hacia el norte, la ‘costa de los buitres’, que se extiende hasta la Riviera del Coral - encontrarás Poglina, también conocida como "playa coral", medio kilómetro de arena clara frente a un mar de tonos azules brillantes en el territorio de Villanova Monteleone. Siguiendo hacia el sur, en cambio, encontrarás una serie de calas encantadoras, premiadas en 2020 con las cinco velas azules de Legambiente: Torre Argentina, cuyas rocas basálticas recuerdan a un paisaje lunar, la hermosa Compoltitu y s'Abba Druche, caracterizada por rocas planas y aguas entre verdes y azules. En los alrededores del pueblo medieval de Bosa, podrás relajarte en la costa de Bosa Marina o zambullirte en la espectacular piscina natural de Cane Malu.