El far west sardo en un pueblo habitado sólo unos pocos días en septiembre, durante la Corsa degli Scalzi (Carrera de los Descalzos). San Salvatore di Sinis, aldea de Cabras, de la que está a nueve kilómetros por la carretera que conduce a la hermosa playa is Arutas y a la antigua ciudad de Tharros, es un pequeño pueblo construido en una zona sagrada desde la época nurágica y transformado durante más de dos décadas (1967-90) en un set de ‘spaghetti western’. El parecido con los paisajes de la frontera norteamericana hizo que se alquilara a productores de cine, convirtiéndose en un pueblo de Arizona o Nuevo México (saloon incluido) en películas como ‘Giarrettiera Colt’ (1968). Una vez pasado de moda, el género siguió siendo una atracción para los curiosos.
Escenografía en el siglo XX, lugar de culto durante milenios. La villa medieval, cuyo aspecto actual se remonta a la dominación española, debe su nombre a la iglesia de San Salvador, que surgió en la segunda mitad del siglo XVII, erigida sobre un santuario prehistórico excavado en la roca. Bajo la nave izquierda, desde una pequeña escalera, se accede al lugar subterráneo que presenta huellas de frecuentación que se remontan al Neolítico. Un pasillo te conducirá a través de ambientes rectangulares y circulares (uno de ellos con un pozo) hasta el salón principal con un manantial: en tiempos nurágicos se utilizaba para el culto pagano al agua. Luego, en época púnica, la zona se dedicó a Sid, el dios sanador, y en la misma línea los romanos adoraban a Asclepio. El cuadro de la romanización del pueblo fantasma se completa con Domu 'e Cubas, ruinas de unas termas de época imperial con suelo de mosaico policromado, y vestigios de un granero (siglo II a.C.). El hipogeo o zona subterránea se transformó, a partir del siglo IV, en un santuario paleocristiano en honor del Salvador: observarás, en dos salas, toscos altares con una gran pila nurágica a cada lado, reutilizada como pila de agua bendita. En las paredes de todas las salas se ven inscripciones en púnico, griego, latín e incluso una en árabe, que posiblemente se remonte a los asaltantes islámicos de la Edad Media. Podrás admirar hermosos frescos paleocristianos, así como grafitis y decoraciones relacionadas con escenas de la vida cotidiana de la época romana y cultos paganos.
La iglesia está rodeada de sas cumbessias, pequeñas viviendas sin adornos construidas a finales del siglo XVII, utilizadas para alojar a los peregrinos durante las novenas en honor de San Salvador entre agosto y septiembre. En los ‘20 años de cine‘ del pueblo, eran parte integrante de la escenografía del western. El punto culminante de las celebraciones comienza al amanecer del primer sábado de septiembre con la Corsa degli Scalzi (Carrera de los Descalzos), uno de los eventos de identidad más evocadores y sentidos de Cerdeña. En la procesión participan más de 800 curridoris con hábitos blancos, que acompañan descalzos al simulacro del santo por un largo camino de tierra desde la iglesia de santa Maria Assunta de Cabras hasta el pueblo. Y lo llevan a la iglesia parroquial al día siguiente.