Su alto y oscuro campanario se eleva hacia el campo. Vislumbrarla es ya una emoción, el primer anticipo de lo que experimentarás cuando, tras abandonar la carretera estatal 131 para incorporarte a la autopista Sassari-Olbia, a los pocos kilómetros llegues a la Iglesia de la Santísima Trinidad. Te impresionará su altiva perfección y su vestido bicolor, blanco y negro, de piedra caliza y sillares de basalto, que contrasta con el verde del entorno. Su majestuosidad domina la llanura de Saccargia, en el territorio de Codrongianos, desde las primeras décadas del siglo XII. El primer testimonio se encuentra en un condaghe, contado entre las posesiones de los monjes camaldulenses. El documento menciona la fecha de la ampliación (1116): la iglesia se erigió, de hecho, sobre las ruinas de un monasterio, del que se conservan algunas estructuras junto a ella.