Es uno de los tramos más bellos de la Costa Verde, dentro del territorio de Arbus, localidad de la comarca del Medio Campidano. No es de fácil acceso, por lo que resulta aún más impresionante, rodeado de una naturaleza casi virgen, sin asentamientos cercanos. En Scivu se oye un silencio ensordecedor sólo interrumpido por la resaca del mar y los gritos de las gaviotas.
La playa, de arena suave y clara, "parlante" por el eco que se oye al caminar sobre ella, está dividida en dos por un pequeño acantilado, un paraíso para los submarinistas. A los lados y detrás, está enmarcada por rocas rojizas y suaves dunas, salpicadas de lentisco, retama, madroño y enebro, que descienden de las montañas hasta el mar. Llegarás a ella tras recorrer una carretera panorámica, seguir los senderos que atraviesan las dunas o dar un paseo por la costa.
El agua es impresionantemente transparente y su color deslumbra cuando la iluminan los reflejos del sol. El momento más seductor es al atardecer, cuando la arena y las paredes rocosas se tiñen de rojo. El fondo marino es variado: barrancos, bancos de arena y rocas dispersas: todo lo que buscan los aficionados al submarinismo.
La playa cuenta con un amplio aparcamiento, cerca de la cercana playa de Nuraci, también apta para campistas, una zona de refrescos y alquiler de equipos. El viento suele ser fuerte, lo que no sorprende que sea un destino ideal para los surfistas. Eso sí, con precaución: el mar de la Costa Verde es espectacular y salvaje, pero rara vez está en calma. Además, para los aficionados al surfcasting es uno de los puntos calientes más conocidos: casi todas las especies mediterráneas de peces están presentes.
Las dunas son características de toda la Costa Verde: no te pierdas la oportunidad de visitar las Arenas Doradas de Pistis, la magnífica Torre dei Corsari, la hermosa Funtanazza, Marina di Arbus y Portu Maga, el "desierto" de arena de Piscinas, que, junto con Scivu, representa la perla de la costa, hasta llegar a Capo Pecora, meta amada de submarinistas y pescadores.