Un lugar que combina infinitas matices del mar y el encanto de la naturaleza salvaje que impregna las rocas costeras. Cala Corsara es una bahía al sur de Spargi, un islote joya en el parque nacional del archipiélago de la Maddalena. La cala está dividida en cuatro playas de arena casi impalpable, rodeadas de pequeñas dunas donde crecen entre enebros y retamas, plantas raras como rosas y lirios de mar. Algunas rocas graníticas sorprenden por su forma, resultado de la erosión por el viento y el agua. La costa norte, frente al archipiélago, también fue protagonista en 2014, cuando Cala Spinosa, hermosa bahía de Santa Teresa Gallura, fue elegida como el séptimo destino de los deseos, y en 2015, el año con el mayor número de playas de Cerdeña en la lista, cuando la playa de Capo Coda Cavallo también entró en el top ten. Un tramo de arena suave que se extiende sobre una franja de tierra de granito, al abrigo de la imponente masa de la isla de Tavolara, las rocas de Molara y el pintoresco islote de Proratora, que forman un área marina protegida símbolo de Cerdeña. Bajo el agua un mundo espectacular para descubrir.

"Todavía poco conocida, oscurecida por la fama de la cercana Cala Mariolu (...), tiene las mismas características: agua cristalina matizada de verde y azul, acantilado pulido por el tiempo y un lido de guijarros blancos”. Esta es la razón por la que en 2017 Cala dei Gabbiani, la menos famosa "perla" entre los muchos paraísos incontaminados de Ogliastra, se acercó al récord, elegido segundo lugar general por Skyscanner. La misma colocación en 2014 para la "gemela" Cala Mariolu, de la que Cala dei Gabbiani es la continuación natural. Comparten el mismo impacto paisajístico y son dos de las muchas joyas de la costa de Baunei, en la parte sur del Golfo de Orosei. Separándolas está la punta plana Ispuligi. Hasta finales del siglo XX, la franja costera se denominaba Ispulige de nie, "pulgas de nieve", en referencia a guijarros pulidos por las olas, aplastados y redondos, similares a las almendras azucaradas que las caracterizan, en una alternancia de colores: crema, blanco y rosa en la orilla.

La costa centro-oriental de Cerdeña, en el territorio de Baunei, es una secuencia de calas incomparables, accesibles sólo por mar o con trekking desafiante. Además de Cala dei Gabbiani y Cala Mariolu, otros también han sido seleccionados en la clasificación del portal internacional. En 2015, el segundo lugar fue para Cala Goloritzé, una de las calas más bellas del Mediterráneo, un monumento nacional: también se compone de guijarros blancos pulidos, aguas turquesas que fluyen de manantiales kársticos submarinos y rocas de mármol formadas por el tiempo. Alrededor de la majestuosidad de Perda Longa y del picacho de monte Caroddi en forma de pirámide. Otro lugar mágico subió al tercer escalón del podio en 2016: la bella Cala Biriola, un poco más al norte, una preciosa playa protegida por un acantilado de piedra caliza que describe un arco de más de dos kilómetros, cubierta por un bosque de encinas, enebros aferrados a la roca y matorral mediterráneo. Unas decenas de kilómetros más al norte, en el territorio de Dorgali, resplandece la belleza de Cala Fuili, que en 2015 obtiene el décimo puesto en sus preferencias: es una maravilla cinematográfica, que aparece en el plató de `Barridos por la marea' (1974).

Lejos de todo y con dolorosas historias a cuestas. Si vienes aquí, estás buscando algo que trascienda la simple belleza de los paisajes, en estos lugares se concentra un exceso de lo primordial que se te puede subir a la cabeza. Scivu, Piscinas, Pistis y Torre de los Corsari son lugares chamánicos, que capturan para ser escuchados y respetados.

Largas y confortables pinedas rodean playas y horizontes infinitos sobre el mar. Platamona tiene el récord italiano, 15 kilómetros, luego está su Barone en Orosei, está is Arenas en Narbolia, Salamaghe en Budoni, por citar sólo algunas. Están a poca distancia de los pueblos y son frecuentadas por los lugareños: en sus playas se respira el ambiente familiar del mar de antaño.

Oasis de vida salvaje no declarado y lugar de encuentro espontáneo de naturistas y kite surfer, dice mucho de la naturaleza salvaje y libre de Barrabisa, Fiumara y Porto Liscia. Si no quieres jugar con las olas y el viento, puedes ir a las calas detrás de los acantilados, mar calmo y vistas al archipiélago de la Maddalena, una zona privada en el corazón de Gallura.