Un lugar mágico que debes visitar al menos una vez en la vida, un símbolo de la vena artística de la naturaleza, que ha inspirado a directores y escritores y que también te inspirará a ti. Al norte del bonito pueblo de S’Archittu, en la costa de Cuglieri –importante centro de Montiferru, región histórica de la provincia de Oristano– se extiende un acantilado blanquísimo que enmarca una encantadora pequeña playa donde se abre un arco, creado gracias a la acción erosiva de los agentes atmosféricos en las rocas calizas sedimentarias, llamadas lunares por los reflejos que generan. Originalmente era una cueva, pero hoy es un monumento natural, llamado s’Archittu, perfectamente integrado en un entorno espectacular, completado por tres islotes en forma de hongo, también pulidos pacientemente por la acción de las olas. A la cala se llega directamente desde el pueblo turístico con un paseo por un camino pavimentado que empieza al final yendo hacia el norte.
El puente natural es encantador al atardecer, cuando el sol anaranjado parece detenerse en su interior, casi encerrado en el arco: tus fotos serán inolvidables. El efecto escénico es hermoso incluso de noche, iluminado por luces artificiales. Los más intrépidos y expertos suelen tirarse al agua desde su cima, a 15 metros de altura; no por nada aquí se celebró en 2001 el campeonato mundial de saltos desde grandes alturas. Sin embargo, la protegida playa del arco es ideal para tumbarse al sol: una alfombra de fina arena de color ocre con reflejos dorados, salpicada de fragmentos de conchas, que se sumerge en un fondo poco profundo y de arena. El paisaje abarca desde el azul intenso del mar hasta el verde de la maquia mediterránea. No faltan servicios ni comodidades: amplio aparcamiento, acceso para discapacitados, alquiler de canoas y patines de pedales, chiringuitos y, cerca, hoteles, restaurantes y tiendas.
S’Archittu, elogiado por el poeta Giovanni Corona y por el escritor Flavio Soriga, a menudo se ha utilizado para rodar películas, empezando por Encuentros en las galaxias de Pietro Francisci en 1966. Veinte años más tarde, Lina Wertmuller rodó la escena inicial de Summer Night. Más recientemente, ha sido elegido por los directores Davide Manuli (La leyenda de Kaspar Hauser, 2011) y Rocco Papaleo (Una piccola impresa meridionale, 2012).
Al sur de pueblo, se extiende la playa Stella, una larga y estrecha franja de arena clara, que tiende al gris, con cantos rodados, protegida por el gran escollo de la Balena. Del fondo poco profundo emergen escollos calcáreos mientras que los tonos de las aguas van del verde esmeralda al azul. El paseo marítimo del pueblo termina en el blanco promontorio donde se alza la Torre del Pozzo. Bajo la antigua torre, hay una pequeña cala, sa Chapana, caracterizada por las formaciones de toba.
Dos kilómetros y medio más al norte de s’Archittu se encuentra Santa Caterina di Pittinuri, el principal pueblo marinero (y localidad turística) de Cuglieri, que queda a 14 km, desarrollado alrededor de la iglesia dedicada a la santa. Su encantadora playita queda encastrada en una ensenada en forma de fiordo entre sa Rocca de Cagaragas, acantilado calcáreo que cae a pico sobre el mar, y el promontorio de la Torre Pittinuri, y en ella hay fascinantes cuevas.
En la cala de S’Archittu quizás estaba el puerto de la antigua ciudad de Cornus, cuya área arqueológica queda un poco más lejos, en el altiplano de Campu ‘e Corra. Fundada por los cartaginenses a finales del s. VI a. C., la acrópolis de la ciudad se alzaba en la colina de Corchinas, mientras que en las laderas se extendían los barrios residenciales y comerciales. Cornus fue escenario de la resistencia sardo-púnica con la famosa revuelta dirigida por Ampsicora contra los romanos durante la Segunda Guerra Púnica (215 a. C.). Al periodo cartaginés pertenecen la muralla y las sepulturas mientras que el edificio de las termas sería de época romana. La parte más representativa del sitio es el complejo tardoantiguo cristiano de Columbaris: se han hallado tres edificios basilicales, dos de los siglos V-VI y otro más antiguo, además de un extenso cementerio (ss. III-IV). Al lado de las basílicas, quedan restos de unas paredes que quizás pertenecían al palacio episcopal.