La puedes admirar como una auténtica obra maestra de la naturaleza desde las cercanas playa del Cavaliere y cala de Roto, acompañado por los guías del parque nacional del archipiélago de la Maddalena. Su visión te regalará unas emociones que no olvidarás jamás. La playa Rosa de la isla de Budelli, una de las más bonitas del mundo, debe su nombre al color de la arena, rica de pequeños fragmentos de coral, granito y conchas y esqueletos de moluscos. El espectacular color se debe a unos microorganismos de color rosa cuyo hábitat son las praderas de posidonia. Cuando mueren, su esqueleto, o concha, es arrastrado hasta la orilla, donde se deshace por la acción del agua y del viento.
En el s. XX, el uso de la playa como fondeadero y la agitación irregular del mar hicieron retroceder la posidonia y se modificó la composición de la arena. Pero en 1998 se promulgaron normas para la conservación integral de la playa y se prohibió desembarcar en ella (y, así, evitar que la gente se llevara arena), bañarse y fondear. Gracias a estas medidas, hoy la playa ha recuperado plenamente su color rosado. El espectáculo es increíble: un mar de aguas límpidas que rompe contra la arena rojiza y, detrás, la vegetación mediterránea, que regala colores y perfumes que te hacen sentir como en el paraíso. Un paraíso donde en 1964 el genial director Michelangelo Antonioni ambientó parte de la famosa película ‘El desierto rojo’.
Budelli, oasis de naturaleza salvaje, era de propiedad privada ya antes de que se creara el parque nacional, pero, en mayo de 2016, tras el fallido intento de comprarla por parte de un magnate neozelandés, pasó a formar parte del parque. Se encuentra ligeramente al sur de Razzoli y Santa Maria, las dos islas más cercanas al estrecho de Bonifacio. Su costa se extiende por 12 kilómetros y posee un territorio incontaminado de 25 hectáreas, donde vive una sola persona: el guardián. Desde el monte Budello (87 m), el panorama es espectacular: acantilados graníticos que esconden caletas de fina arena bañadas por un mar de azul intenso. Todo el archipiélago ofrece lugares de ensueño: cala Coticcio en Caprera, las fortalezas de Santo Stefano, cala Corsara en Spargi, las playas de arena dorada y fina de la Maddalena, solo por citar algunos. Los fondos marinos, ‘santuario de cetáceos’, son el hábitat de delfines, cachalote y rorcuales. Son un auténtico paraíso para los submarinistas que, entre Budelli y Spargi, pueden disfrutar de un lugar espectacular: el bajo de Washington con sus bloques de granito coloreados por el rojo de las gorgonias.