Sin aliento ante la fuerza de la naturaleza, contemplación de paisajes barridos por el viento y cubiertos de arbustos del mediterráneo, misteriosa fascinación acrecentada por un siglo de aislamiento, que ha preservado su naturaleza: primero estación sanitaria de "cuarentena", luego campo de prisioneros durante la Gran Guerra, finalmente prisión de máxima seguridad, hasta la creación del parque. Estas son las sensaciones que generan los senderos accidentados y soleados de la isla de Asinara. Sus tesoros naturales forman parte del parque nacional del mismo nombre desde 1997 y están separados de la playa Pelosa y de la isla Piana por el pasaje Fornelli, un canal pintado de azul intenso. Para garantizar la integridad del ecosistema también hubo asentamientos "mitos", como la comunidad trabajadora que se vio obligada a abandonar la isla en 1885 y fundó el pueblo de Stintino.
Podrás montar en bicicleta de montaña, a caballo, en vehículos todoterreno o en pequeños trenes por los senderos señalizados dentro de más de cinco mil hectáreas de territorio protegido. El burro blanco es su símbolo identificativo. Lo encontrarás casi por todas partes en una excursión, junto con muflones, jabalíes, caballos y, entre las aves, gaviota corsa, curruca moñuda, halcón peregrino y urraca. Altos promontorios, alternados con playas de suave arena y aguas cristalinas, como las calas de los Ponzesi, Sabina y Sant'Andrea, protegen la exuberante flora: 678 especies, de las cuales 29 son endémicas.
El mar de Asinara es un cofre de tesoros. En 2002 se creó el área marina para proteger la biodiversidad y los micro y macroambientes submarinos. Se trata de un paraíso para la observación de los fondos marinos, formados por barrancos, cárcavas y hendiduras, y que también albergan restos, uno frente al embarcadero de Cala Reale. Al oeste, la costa se hunde abruptamente con acantilados cubiertos de algas y fauna de colores intensos, mientras que al este declina gradualmente con arena y rocas. El litoral está colonizado por especies raras, como algas rojas y lapas gigantes, poco más lejos podrás tener sorprendentes encuentros con delfines.