El pueblo está a pocos minutos del mar. El litoral es arenoso, con numerosas dunas y una densa vegetación de pinos, enebros y palmeras enanas. También está el estanque de Platamona, hogar de muchas especies de aves. La Marina de Sorso, con sus largas playas de arena blanca, es muy popular. Los orígenes de Sorso son antiguos: en las épocas neolítica y nurágica, su territorio estaba ciertamente habitado, como atestiguan los numerosos e importantes yacimientos arqueológicos que incluyen las ruinas de varios nuraghes y el pozo sagrado de Serra Niedda. La villa romana de Santa Filiddiga, cerca del mar, también estuvo habitada durante los periodos vándalo y bizantino. Durante la época judía, el pueblo formó parte del Judicato de Torres. El centro de Sorso presenta un trazado medieval. Conocido como Bicocca, está formado por casas con patio de arquitectura sencilla, construidas en piedra caliza de las canteras locales. Al final de la calle principal, Corso Vittorio Emanuele, se encuentra la iglesia parroquial de San Pantaleo, dedicada al patrón del pueblo y construida en 1836.