Un paisaje insólito a mitad de camino entre Alghero y Stintino: instalaciones mineras abandonadas y un pueblo (casi) deshabitado enmarcado por acantilados plateados y bañado por los reflejos brillantes del mar. Argentiera conserva el encanto primordial y misterioso de un lugar detenido en el tiempo. Tras el fin de la epopeya minera entre los siglos XIX y XX, hoy es uno de los sitios europeos más significativos y sugestivos de arqueología industrial, parte integrante del parque geominero de Cerdeña y Patrimonio Mundial de la Unesco. Ruinas conviven con nuevas construcciones, a su alrededor escarpadas paredes rocosas, montañas de escoria minera y calas accesibles por senderos a través de una naturaleza virgen. Espectacular escenario, fijado en 1968 para la escena inicial de El acantilado de los deseos, protagonizada por Betty Taylor y Richard Burton, en la actualidad destino de senderismo.