La artesanía artística es una peculiaridad intrínseca y específica de Cerdeña. Gracias a tantas mujeres que, a lo largo de los siglos, han ido perfeccionando la técnica de trenzar el mimbre, hoy, los canastros son una de las principales manifestaciones de la artesanía sarda. Las formas de los canastos varían en función del tipo de material y del lugar de producción: en Flussio, Montresta, Ollolai y Sennori. el asfódelo es la materia prima por excelencia; en cambio, en los pueblos de la llanura, cerca de lagunas y del mar, como Castelsardo, San Vero Milis y Sinnai, los canastos se realizan con junco, paja o palmito. Todos los centros de producción han mantenido viva una tradición antigua y sugestiva gracias a las mujeres que han transmitido de generación en generación los secretos del trenzado, creando formas diferentes según la función de los objetos y mezclando elementos coloreados, dibujos extraordinarios y motivos tradicionales.
En Sinnai, la modernidad y la tradición se citan en las cestas, orgullo de la artesanía local, que tiene su máxima expresión en la Fiera del cestino e dell’artigianato (Feria de la cesta y de la artesanía) que, desde finales del siglo pasado, se celebra cada agosto con el objetivo de valorizar un arte que no solo no ha desaparecido, sino que se ha ido renovando de año en año. Los cestos sinnaesi nacen de trenzar fibras vegetales, como junco y paja, dándoles formas especiales y decorándolos con motivos característicos. Formaban parte del ajuar de la esposa, llamado en sardo su strexu de fenu (recipiente de heno).
Flussio, pequeño pueblo de la Planargia, es famoso por la elaboración y la producción de cestas de asfódelo, material usado también en el cercano pueblo de Tinnùra. Las corbule, como se llaman habitualmente las cestas artesanales, se obtienen trenzando los tallos de asfódelo. En abril, para evocar el rito de la recolección de los tallos en los campos de los alrededores, se organiza la fiesta Tirende isciareu (Recolectando el asfódelo), durante la cual los artesanos explican todas las fases de realización de las cestas. En cualquier caso, es posible conocer el arte del trenzado durante todo el año visitando el Museo del Asfódelo.
En Ollolai, la tradición del trenzado, que se transmite de generación en generación, tiene orígenes muy antiguos. Se llama su iscrarionzu, que deriva de iscraria (asfódelo): es un arte complejo, conservado celosamente por las mujeres como patrimonio inmaterial. También Castelsardo es famoso en el mundo por la producción de cestas: aquí, predomina el uso de palmito y rafia. Si el visitante desea documentarse detalladamente, no debe perderse el Museo del Trenzado Mediterráneo, único en su género, ubicado en el castillo medieval de los Doria.