Aguas cristalinas con infinitas tonalidades de azul, verde esmeralda y turquesa se abrirán delante de tus ojos. Para vivir verdaderos paraísos naturales, podrás desembarcar en lugares paradisíacos y nadar en el mar en embarcaderos de rara belleza como las islas Piana y Cavalli, que forman parte del área marina de Tavolara - Punta Coda Cavallo. En la pequeña isla de Cavalli, accesible por mar siguiendo la señalización del parque, encontrarás una playa de arena clara, fina y compacta, rodeada de frondosos matorrales mediterráneos. Alrededor, el mar es cristalino y el fondo bajo y poco profundo. Más hacia el mar adentro, las rocas que afloran marcan las rutas de las embarcaciones. A la distancia, frente a las costas de Puerto San Paolo y al este de la ‘hermana menor’, verás la isla más grande de Piana. Aquí hay varias playas pequeñas de arena muy fina, de color grisáceo con reflejos rosas y ocres. En el horizonte se puede ver en las aguas poco profundas rocas pulidas con tonos rosados y amarillentos, típicos de la costa de Gallura.
Junto con los dos islotes, podrás visitar con embarcaciones privadas o con excursiones organizadas, toda el área protegida que se extiende desde Capo Ceraso hasta la isla Ruia, al sur de capo Coda Cavallo: 76 kilómetros de costa en los territorios de Loiri Porto San Paolo, Olbia y San Teodoro y 15 mil hectáreas de mar. Admirarás la imponencia granítica de Tavolara y las rocas de pórfido rojo de Molara. Pasando por partes de tierra cubiertas de matorrales mediterráneos, te toparás con las islas Porri, Topi, Drago y la pequeña isla Rosso. Entre una pausa y la otra, durante la navegación, zambúllete en aguas cristalinas para explorar maravillosos fondos marinos. Podrás realizar impresionantes inmersiones y vivir un «documental en vivo» en Punta del Papa, en el bajo de Punta Arresto y en el noreste de la roca de Molarotto. Bucearás en lugares ricos en variedades de peces y marcados por el paso de cetáceos y delfines, y donde es habitual encontrar restos de barcos y embarcaciones de todas las épocas, incluido el misterioso pecio de Molara, que se encuentra a unos 40 metros de profundidad. Se trata de un motovelero de finales del siglo XIX, de 70 metros de eslora y más de 2.000 toneladas de capacidad (ya en ese momento era una hermosa ‘reliquia’), directo a Marsella desde Siria y hundido por un submarino inglés estacionado en esa parte del mar Tirreno, posiblemente durante la Segunda Guerra Mundial.