El nombre de Marrubiu tiene un origen curioso, ya que procede de una planta perenne llamada Marrubium Alysson (Marrubio de Levante), que crece en toda Cerdeña, pero sobre todo en la zona de Oristano. Según la tradición, se utilizaba como tónico y depurativo (pero también como simple aperitivo). Además, por su fuerte olor, ahuyentaba a los insectos, por lo que se empleó durante mucho tiempo para combatir gusanos y polillas. Como indica el emblema de Marrubiu, sus orígenes se remontan a 1377: aunque en aquella época no era más que un pequeño pueblo agrícola, su población empezó a crecer de forma constante a partir de 1659, cuando una epidemia devastó el pueblo vecino de Zuradili, provocando la emigración de los supervivientes. Con el tiempo, Marrubiu se convirtió en uno de los mayores núcleos del sur de la región de Oristano.
El monumento más importante de la antigua Marrubiu es el Pretorio de Muru de Bangiu, un gran complejo de edificios construidos en el siglo II a.C., restaurados en los siglos III y IV d.C. y abandonados en el siglo VI d.C. Las excavaciones han descubierto una inscripción que contiene la palabra «praetorium», de la que los arqueólogos han deducido que este complejo servía de sede temporal al gobernador cuando abandonaba Caralis (su residencia habitual) en sus viajes al norte de Cerdeña. En los alrededores de Marrubiu, aún se puede admirar la iglesia de S. Maria di Zuradili, que fue la parroquia del antiguo pueblo hoy desaparecido. Cuenta la leyenda que, cuando los habitantes huyeron a Marrubiu, dejaron en el pueblo una estatuilla de la Virgen, razón por la cual todos los años, incluso hoy, en vísperas del primer domingo de mayo, parte de Marrubiu una procesión de jinetes y traccas (carros tradicionales) portando un simulacro de la Virgen hasta el santuario (hoy rural) de S. Maria di Zuradili, donde se celebran fiestas en honor de la Virgen. Marrubiu también es conocida por su Carnaval, que, junto con los de San Gavino Monreale y Tempio, es sin duda la fiesta más famosa y concurrida de la isla.