El lavadero de ladrillos y piedra a la vista se asoma sobre la costa Masua, con proyecciones sugestivas entre las cuales sobresale el peñón del Pan de Azúcar, que admirará en una paseo panorámico. Del complejo de la vieja mina de plomo y zinc de Nebida, fracción de Iglesias, de la cual dista 15 kilómetros, quedan actualmente, además del majestuoso lavadero sobre el mar, el edificio de las oficinas técnicas y administrativas y la pequeña aldea minera. Es uno de los lugares más interesantes de la arqueología industrial de toda la isla, forma parte del parque geo-minero de Cerdeña, patrimonio reconocido por la Unesco. Llegará costeando la playa de Fontanamare.
Los primeros trabajos importantes de ingeniería minera se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, simultáneamente a las minas del Salto Gessa de Buggerru. La aldea minera de Nebida comenzó a desarrollarse alrededor de la plaza, círculo de trabajadores, enfermería, edificios administrativos e iglesia. El centro albergaba en 1910 a tres mil personas, de las cuales un tercio trabajaba en la mina, actualmente cuenta con aproximadamente cien habitantes, casi una aldea fantasma. Las mismas obras de trabajo escalan la montaña. El estilo de construcción es neomedieval, típico de los sitios mineros, como muestran el marco de altorrelieves de las oficinas administrativas y las ventanas de arco agudo. Al mar se asoma el espectacular lavadero Lamarmora realizado en 1897, que trataba el plomo y el zinc. La estructura se compone de cuatro volúmenes superpuestos y descendientes hacia la costa, recorridos por arcos. A los costados dos hornos y dos chimeneas. Dentro se encontraban las instalaciones de separación y clasificación de los minerales, ambientes para su almacenamiento, máquina a vapor y sala de hornos. En la parte más baja, un depósito y un pequeño puerto para los barcos de transporte. El suelo es de barro cocido y la cobertura, ya perdida, era de madera. La mina conoció un prolongado período florido en la primera mitad del siglo XX, interrumpido solamente por las dos guerras mundiales, con un pico máximo en los años Treinta. Entró en decadencia con la gran crisis de la extracción de los años Setenta y Nebida se despobló.