Un valle con 38 tumbas excavadas en arenisca, datadas entre el 3200 y el 2800 a.C., en las que se han encontrado incluso las puntas de piedra utilizadas para excavarlas. La necrópolis hipogea de Anghelu Ruju, descubierta en 1903, se encuentra en el interior de Alghero, a menos de diez kilómetros del mar, en una fértil llanura surcada por el río Filibertu. El área funeraria ocupa dos zonas, en las que las tumbas se distribuyen de forma irregular: en la primera, más llana, hay siete; la segunda, en una pequeña colina, comprende 31. Las sepulturas en domus de Janas (casas de hadas) tienen dos tipos de acceso: uno más bien estrecho "en pozo", a partir del cual se desarrolla una planta irregular y celdas curvilíneas, el otro un dromos, o corredor al aire libre, a veces amplio, con escalones en la entrada. En este caso, la planta del hipogeo es regular y las celdas tienen un perfil rectilíneo.
Las domus están decoradas con relieves relacionados con el culto a los muertos: en paredes y pilares hay tallados protomos y cuernos taurinos, que representan a la deidad que debía proteger el sueño eterno. Mientras que el grabado de puertas falsas simboliza la entrada a la otra vida. Observarás la presencia de ocre rojo en algunas partes: representa la sangre de los sacrificios y la regeneración tras la muerte. El rito funerario "neolítico" predominante era la inhumación, pero también se observaron casos de semicremación. Los artefactos hallados en la zona -vasos, estatuillas de la Diosa Madre y partes de collares- permiten datar la necrópolis, que fue utilizada durante un largo periodo de tiempo (1.500 años), desde el Neolítico hasta la Primera Edad del Bronce (1.800 a.C.).
La necrópolis de Anghelu Ruju es la máxima expresión funeraria prehistórica de todo el norte de Cerdeña. Entre los sitios neolíticos para no perderse también otra zona de cementerios, las domus de Janas de santu Perdu, y especialmente la Cueva Verde (VI milenio a.C.), donde se han hallado fósiles humanos, cerámicas y graffiti. Se encuentra dentro del parque de Porto Conte, que también incluye dos sitios nurágicos, la siguiente parada de su recorrido arqueológico: el nurágico de Palmavera y el complejo de sant'Imbenia. Aquí también podrás admirar una villa romana, que junto con el puente sobre la laguna del Calich son legados de la dominación romana. La visita cultural continúa en la ciudad, paseando entre fortificaciones y bastiones del puerto. El centro histórico es la parte más fascinante: un laberinto de callejuelas con paredes amarillas, casas antiguas, incluido el museo casa Manno, la catedral de Santa María (siglo XVI) y otras iglesias del Renacimiento tardío. Alghero es famosa por su "oro rojo", que se puede descubrir en el museo del Coral. No es casualidad que su litoral de 90 kilómetros se llame la Rivera del Coral, donde una vez terminada la visita a la ciudad, podrás zambullirte y relajarte.