Se asienta sobre verdes colinas en el corazón de la isla, a pocos pasos del paisaje del lago Omodeo, uno de los mayores embalses artificiales de Europa: medio ambiente, naturaleza, cultura y tradiciones lo han convertido en un 'Borgo Autentico d'Italia' (pueblo auténtico de Italia). Neoneli es un pequeño núcleo de unos 700 habitantes en el territorio histórico de Barigadu, atestiguado en la Baja Edad Media como villa de Leunelli (Neunelli), que hoy debe parte de su fama al coro de Neoneli, un cuarteto polifónico que interpreta el canto de los tenores arcaicos, famoso también por sus colaboraciones artísticas con el cantautor Francesco Guccini y el grupo Elio e le Storie Tese. También añade prestigio a la ciudad el oasis natural de Assai, casi mil hectáreas de terreno en las laderas del monte Santa Vittoria, cubierto de densos bosques de encinas y alcornoques centenarios y poblado por gamos y ciervos rojos. Dentro del parque se encuentra el museo del oasis que exhibe, disecadas, diversas especies de mamíferos y aves rapaces, entre ellas un espléndido ejemplar de águila real.
El asentamiento se caracteriza por casas de traquita roja, una piedra común de la zona, con ventanas de estilo aragonés y adornos de basalto. Están flanqueadas por talleres, donde aún se fabrican artefactos con técnicas ancestrales: talladores de corcho, marroquineros y herreros elaboran piezas artísticas, entre ellas los sos Corriolos, máscaras utilizadas durante los ritos ancestrales del famoso carnaval neonelés: en la plaza central se enciende una hoguera alrededor de la cual se bailan danzas propiciatorias. En el centro se encuentra la iglesia parroquial de San Pedro, construida en 1611. La fachada es de traquita rosa. El interior alberga una preciosa custodia de plata del siglo XV y dos estatuas de madera. Las fiestas de la iglesia rural de Sant'Angelo (s'Angelu), celebradas en agosto, y la de San Antíoco Mártir, dos semanas después de Pascua, destacan en el rico calendario de eventos. Las procesiones religiosas se complementan con espectáculos folclóricos, exhibiciones de mercado y las famosas canciones a cuncordu o a sa neunelesa. Entre las fiestas del pueblo, no hay que perderse sa festa de sa fregula istuvada e de sa cassola a principios de octubre. La fregola cocida en caldo y condimentada con varias capas de queso pecorino y manteca de cerdo es la excelencia de la cocina local de tradición agropastoril, compuesta por platos sencillos de sabores intensos. Son numerosos los postres típicos, a menudo vinculados a festividades: tzipulas, para carnaval, amarettus, seadas, suspiros, pralinés de pasta blanda de almendra, para bodas y ceremonias solemnes. No hay que perderse a finales de septiembre Licanias, "cultura y sabores" de paisajes rurales, los mismos habitados desde el Neolítico, como demuestran las domus de Janas de Puleu, Pranu-Sasa y su Angiu. Las ruinas de los nuraghi de Nocurreli, Olisetzo y Pruna se remontan a la Edad de Bronce.