El hombre lo ha protegido, lo ha reverdecido y lo ha hecho utilizable. Una historia de gran respeto por la naturaleza caracteriza al Parque Regional del Oasis de Tepilora, en realidad "muy joven" (creado en 2014), pero con un largo periodo de gestación. Y, sobre todo, con un alto valor naturalístico e histórico-cultural: casi ocho mil hectáreas de bosques incontaminados, senderos, manantiales, ríos y "dunas" en el territorio de Bitti, Lodè, Posada y Torpè. En 2017, fue proclamada "reserva de la biosfera" por la Unesco, es decir, un lugar que destaca por la sostenibilidad medioambiental y la biodiversidad.

Las dos zonas principales, Tepilora y Crastazza, se reforestaron entre 1980 y 1986, utilizando coníferas para la plantación. Todo el perímetro se dotó de infraestructuras y servicios, por lo que la nueva vegetación integró la vegetación mediterránea espontánea. En este florecimiento han encontrado refugio numerosas especies: jabalí, liebre sarda, zorro y ejemplares de gamo y muflón.