Su territorio se extiende en una llanura atravesada por los ríos Flumini Mannu y Flumineddu. Precisamente esta posición geográfica privilegiada, unida al clima templado, la abundancia de agua para riego y la fertilidad de sus suelos, fácilmente cultivables, han convertido a San Sperate en uno de los centros agrícolas más importantes de Cerdeña. La historia del pueblo es también muy antigua: las excavaciones más recientes han revelado asentamientos humanos que datan del siglo XVIII a.C. Ya en la Edad del Bronce la zona mostraba una intensa actividad, como lo demuestran los numerosos objetos votivos hallados.