Una historia de fuego y pasión. La imponente basílica de Sant'Antioco di Bisarcio se alza como un castillo sobre la llanura de Chilivani, en el territorio de Ozieri, a pocos kilómetros de la ciudad. A su alrededor se encuentra un pueblo rural, antaño floreciente centro de vida cultural y cívica, Bisarchium (o Guisarchum), así como sede de la diócesis episcopal. La iglesia, construida en piedra volcánica y de diez metros de altura, es una de las más impresionantes del patrimonio románico de la isla. Fue parcialmente destruida por un incendio alrededor de 1090. El archivo se perdió en el incendio, por lo que no podemos datar la fundación con certeza.