El pueblo se encuentra a 500 metros sobre el nivel del mar, en una meseta que une los ríos Gerrei y Sarrabus. Es una zona azotada por el viento, que domina el valle de Flumendosa hacia el este. La meseta donde se encuentra el pueblo se extiende entre el Monte Genis y el Monte Arrubiu, alternando formas sinuosas y llanas con laderas escarpadas y profundos precipicios. Esta zona montañosa es rica en manantiales y conserva especies endémicas de rara belleza. El topónimo se compone de villa y del sardo medieval saltu (erial, bosque). Los primeros indicios de presencia humana en la zona de Villasalto se remontan a la época nurágica. Existen pruebas de la presencia de menhires, tumbas y círculos funerarios. Hay numerosos nuraghes en Corrolia, Scandariu y Serra Medau. En el Monte Arrubiu se han encontrado restos de un poblado y de la necrópolis romana de Cea. En la Edad Media, el pueblo pertenecía a la curatoria de Gerrei y formaba parte del Judicat de Cagliari. En 1324, el pueblo pasó a formar parte del Reino Catalano-Aragonés. El centro histórico creció en torno a la iglesia de forma irregular de San Michele Arcangelo.
Hay tres edificios religiosos en la zona, dos de ellos en el campo. La iglesia parroquial, dedicada a San Michele Arcangelo y construida en 1600, es de líneas sobrias y decoración sencilla. La iglesia de Santa Bárbara se alza sobre una colina que domina un panorama fabuloso. Se pueden ver los picos del Gennargentu y los tacchi de Ogliastra. En la Edad Media, era la iglesia parroquial del pueblo. La única capilla de la campiña, a unos 2 kilómetros del pueblo, está dedicada a San Cristóbal y, tras varias restauraciones, tiene ahora un aspecto moderno. Entre las tradiciones típicas, las fiestas religiosas en honor de los tres santos del pueblo son muy concurridas. En junio, la fiesta en honor a Santa Bárbara es muy popular. Durante cuatro días, ritos religiosos y profanos acompañan las celebraciones. Los días 13 y 14 de agosto se celebra en su capilla campestre a San Cristóbal, patrón de los viajeros, y el 29 de septiembre a San Miguel Arcángel, patrón del pueblo. En el pueblo se ha abierto una pequeña casa-museo. Está hecha enteramente de piedra local y muestra los rasgos típicos de las casas construidas en el pasado. La casa-museo se llama Su Mulinu (el molino) porque aquí se molía el trigo para hacer pan.