Barrios históricos con vistas al mar, calles comerciales y lugares panorámicos, como el impresionante bastión de Santa Croce, donde es posible pasar una velada romántica tras una ardiente puesta de sol. Cagliari es la ciudad más importante y poblada de la isla con 150.000 habitantes que llegan a 430.000 con el área metropolitana. Es la principal puerta de acceso a Cerdeña y un importante puerto para los cruceros por el Mediterráneo. Cuenta con cuatro barrios antiguos que ilustran la historia milenaria de la ciudad, desde le prehistoria hasta los Saboya. El barrio del Castello se encuentra en la colina más alta y se caracteriza por la presencia de antiguos bastiones, hoy convertidos en terrazas donde disfrutar de la vida nocturna, y de pintorescas calles con antiguas residencias nobles, como el Palacio Real y el Palacio de la Ciudad, además de la catedral de Santa María. También tienen su encanto las torres medievales de acceso al Castillo, como la torre del Elefante y la torre de San Pancracio. Villanova está conectado al barrio del Castello por las escaleras del bastión de saint Remy: todos los años, por Semana Santa, en el barrio se respira un aire de apasionada devoción. En cambio, durante todo el año, podrás disfrutar de elegantes tiendas y de numerosos tesoros, como el claustro de Santo Domingo, la iglesia de San Saturnino y la basílica de Nuestra Señora de Bonaria, templo cristiano de Cerdeña. A los pies del Castello se extiende el barrio de la Marina, donde destacan algunos edificios espléndidos y los soportales de la calle Roma con el Ayuntamiento, llamado, en italiano, el Palazzo Civico. Este barrio, construido para alojar a pescadores y comerciantes, es el símbolo de una ciudad multiétnica. En él puedes visitar la iglesia de Santa Eulalia, con preciosos vestigios de época romana. El otro barrio histórico de Stampace se colorea todos los años el primero de mayo con ocasión de las fiestas de San Efisio, una cita esperada en toda la isla. Entre sus callejuelas se alza la iglesia barroca de Santa Ana. A pocos pasos del casco antiguo, no te pierdas el Anfiteatro, uno de los principales testimonios de época romana de Cerdeña, ni el Jardín Botánico, un oasis verde en el centro de la ciudad. Fuera del centro puedes admirar el castillo de San Miguel y el Tuvixeddu, la mayor necrópolis fenicio-púnica del Mediterráneo (s. VI-III a. de C.). Al final de tu visita cultural, podrás sumergirte en mil atracciones naturales: la laguna de Cagliari, el parque de Molentargius-Saline, que puedes recorrer en bicicleta observando el vuelo de los flamencos rosas, y, como no, el mar. Tómate un baño en el Poetto, una playa urbana de arena muy fina y ocho kilómetros de largo por donde puedes pasear a pie o en bici. También es aconsejable visitar esta playa por la noche, cuando muestra su lado más glamuroso. Desde el Poetto puedes ir de excursión a Calamosca y a la Sella del Diavolo. Por último, prueba las exquisiteces gastronómicas: los espaguetis con botarga y alcachofas, la burrida, a base de pintarroja y nueces, y la frègula con cocciula, bolas de sémola con almejas.