Si te gusta el mar todo el año, en verano para zambullirte y broncearte y en invierno para impregnarte de su atmósfera poética, Pula es tu destino ideal. A tan solo 35 km de Cagliari, este pueblo de más de siete mil habitantes te espera con sus numerosos tesoros naturales, arqueológicos y culturales, sin igual en la isla. Si prefieres diversión, Pula no te defraudará: en verano sus plazas se llenan de vida con sus bares donde tomar un aperitivo o disfrutar de alguno de los muchos espectáculos que se celebran. Y si lo tuyo es el deporte, en Pula puedes practicar todo tipo de actividades: senderismo, footing...
Sean cuales sean tus aficiones, no puedes perderte una visita al parque arqueológico de Nora, no muy lejos del centro de la ciudad. Ubicado en el cabo de Pula, se trata de uno de los sitios arqueológicos más famosos de Cerdeña: las ruinas de una antigua ciudad, probablemente la primera fundada por los fenicios en el s. VIII a. de C, que posteriormente pasó a ser cartaginesa, hasta convertirse, bajo el dominio romano, en un importante centro, sobre todo cuando se le concedió el título de Municipium Civium Romanorum en el s. I d. de C. En los dos siglos siguientes vivió su época de máximo esplendor, como prueba el hecho de que fue el punto de partida (caput viae) de todas las vías romanas de la isla. Visitando este sitio arqueológico, viajarás por tres mil años de historia: admirarás un tofet fenicio-cartaginés, restos de templos cartagineses y romanos, villas nobiliarias, termas con mosaicos y un teatro, que en la Edad Imperial tenía más de mil plazas y que hoy alberga el festival La Notte dei Poeti. En el Museo Giovanni Patroni de Pula y en el Museo Arqueológico de Cagliari se exponen los restos hallados durante las excavaciones.
Tras la visita arqueológica, puedes descansar en la playa de Nora con su arena dorada y sus aguas cristalinas, delimitada por el promontorio de la torre del Coltellazzo. Este lugar también es rico de historia y tradiciones. Aquí se alza la iglesia de San Efisio, justo en el lugar donde fue martirizado. Las fiestas en honor del santo, por el cual los habitantes de Pula sienten una gran devoción, se celebran todos los años el 3 de mayo.
Detrás de la bahía, la laguna de Nora, hábitat de raras especies de aves, te permitirá disfrutar de una magnífica puesta de sol, antes o después de cenar unos buenos espaguetis con marisco o un plato de higos con jamón.
Al norte del sitio arqueológico de Nora está la playa de su Guventeddu, ideal para practicar kitesurf y windsurf, incluso en los meses de invierno.
Hacia el suroeste se extiende la costa de Santa Margherita di Pula, famosa por sus calas de arena blanca, escollos de granito rosa y aguas cristalinas. Puedes tomar un baño en las calas de Marina, Bernardini y Ostia, en alguna de sus numerosas caletas o en las playas de Cala Verde y de los complejos hoteleros. Playas de ensueño con una larga pineda detrás, que se extiende hasta la bella Chia (Domus de Maria).
En el interior, la naturaleza se muestra en todo su esplendor en los bosques de encinas, maquia mediterránea y coníferas de Is Cannoneris y Pixinamanna. Si te gusta el senderismo, podrás explorarlos fácilmente siguiendo alguna de las muchas rutas señalizadas que los atraviesan y que no solo te permitirán descubrir numerosas plantas raras, sino también formaciones rocosas que el tiempo ha esculpido, cursos de agua y vestigios de civilizaciones prehistóricas. Y con un poco de suerte podrás ver algún que otro ciervo o gamo.