Es sin duda el altiplano sardo más conocido, gracias a sus especies endémicas, en particular el caballito sardo. El poblamiento de la zona se remonta a un pasado remoto. En particular, se conservan una treintena de nuragas de época nurágica, que atestiguan la densa ocupación de la región a partir de la Edad del Bronce. Según el erudito Casalis, el origen del topónimo reside precisamente en el gran número de torres nurágicas. Al parecer, el emplazamiento actual de la aldea se pobló tras la destrucción por los vándalos (siglo VIII) de la ciudad romana de Valentia, mencionada por el geógrafo griego Ptolomeo y situada, según la continuidad toponímica, en el lugar de Alenza. Los yacimientos arqueológicos de esta zona son especialmente interesantes.