El Museo, situado en la calle principal de Macomer, ocupa lo que fue la residencia de campo de unos ricos terratenientes. El edificio del siglo XIX conserva la arquitectura tradicional de la casa sarda, con jambas de puertas y ventanas y arquitrabes de piedra local, basalto y traquita, al igual que las paredes. El interior conserva escaleras de madera, vigas vistas, suelos de taulatu y chimeneas de piedra. La rica colección consta de unas tres mil piezas, reunidas in situ gracias a la colaboración de la población local, que a menudo ha donado sus objetos y herramientas.