A solo cinco kilómetros de Cagliari, Elmas alberga uno de los aeropuertos más modernos de Italia. Su origen se remonta a una comunidad de pescadores y agricultores establecida a orillas de la laguna de Santa Gilla. Hoy, Elmas es una localidad densamente poblada. Las primeras huellas de presencia humana en la zona se remontan a la época nurágica, concretamente a la Edad del Cobre. El primer asentamiento surgió precisamente junto a la laguna, que desde siempre se ha utilizado para la extracción de sal y la pesca.
Muy cerca de la ciudad púnico-romana de Carales, el territorio tuvo desde la antigüedad una función estratégica en el comercio y la agricultura. En la época romana, como lo demuestran las excavaciones del siglo XX, se construyeron aquí residencias de grandes terratenientes y posiblemente un templo. Se han hallado numerosos bloques de caliza y mármol, columnas y fragmentos de mosaicos, de los que aún hoy se habla en la tradición oral local.
En la Edad Media, llegaron monjes benedictinos del monasterio de San Víctor de Marsella. Fundaron un monasterio, hoy desaparecido, y la iglesia románica de Santa Caterina di Semelia, una pequeña joya arquitectónica que ha perdurado hasta nuestros días. El primer núcleo medieval en la laguna se llamaba Semelia. La comunidad monástica, más tarde dominada por los pisanos y después por los aragoneses, acabó siendo abandonada hacia finales del siglo XVI. Sus habitantes se trasladaron desde la laguna hacia el interior, a tierras ya cultivadas desde Semelia, en una zona conocida como Mansu, de donde deriva el nombre actual: Elmas.
Elmas guarda tesoros artísticos y paisajísticos poco conocidos pero de gran valor. Un paseo por la laguna de Santa Gilla es una experiencia única: al amanecer o al atardecer, se pueden observar elegantes flamencos que bailan entre el cielo y el agua con su plumaje de colores.
También es de gran interés histórico el aeropuerto militar, inaugurado en 1925 junto a la laguna y escenario, solo dos años después, de los legendarios vuelos de Di Pinedo y Balbo. A principios de los años treinta, con la creación del “Comando Aviazione Sardegna”, se construyeron edificios significativos del racionalismo italiano. Entre ellos destaca el cuartel de los aviadores, que conserva elementos de un edificio anterior de estilo neomanierista, pero cuyas líneas arquitectónicas son ya propias del racionalismo. Impresiona especialmente su gran escalera de caracol, que conducía al patio interior, punto de partida y llegada de los pilotos.
De gran valor histórico es también la iglesia de Santa Caterina, construida por los monjes de Marsella. Es un templo románico de una sola nave con ábside, techo original de madera, pavimento y dinteles conservados. Se encuentra en una amplia explanada rodeada de las llamadas cumbessias, pequeños alojamientos para peregrinos, utilizados durante las celebraciones religiosas. Las fiestas en honor a la santa comienzan el lunes de Pentecostés y duran tres días.
La parroquia moderna de Elmas está dedicada a San Sebastián. Su festividad se celebra cada año el 20 de enero, con el tradicional encendido de una gran hoguera y degustación de productos típicos locales.