Con botas de montaña o en bicicleta, y siempre con prismáticos y smartphone. Y, por supuesto, mucha curiosidad por explorar la naturaleza. Es lo que tiene sumergirse en un mundo "acuático" muy cercano al mar, pero lejano en cuanto a características y formas de vivirlo: son los humedales y marismas de Cerdeña, ecosistemas poblados por especímenes de flora y fauna a menudo raros, donde reina un delicado equilibrio entre el hombre y el medio ambiente. Destinos ideales para paseos relajantes, especialmente con los cálidos colores del amanecer o el atardecer. A veces, el mar y el estanque apenas están separados por una franja de arena, como en Villasimius, en la zona marina protegida de Capo Carbonara: detrás de la playa blanca de Porto Giunco encontrarás el estanque de Notteri, cuyas aguas azules se tiñen del rosa de sus habitantes más famosos, los flamencos.