Visitar Bonarcado es adentrarse en algunos de los ejemplos más interesantes del arte románico en Cerdeña. Este pequeño pueblo del Montiferru conserva dos joyas: el santuario bizantino y la iglesia románica, ambos dedicados a la Virgen de Bonarcado. Se trata de un complejo religioso situado en una encantadora plaza del centro histórico, considerado el lugar de origen del culto mariano más antiguo de la isla.

El santuario de la Virgen de Bonacattu fue construido entre los siglos VII y VIII, reutilizando parcialmente restos de unas antiguas termas romanas. La fachada occidental, ricamente decorada con arcos ciegos y platos de cerámica, data del siglo XIII, mientras que la fachada norte, de estilo neorrománico, fue terminada en 1933. En su interior se conserva un precioso bajorrelieve en terracota del siglo XV que representa a la Virgen. Frente al santuario se encuentra la antigua abadía camaldulense de Santa María, construida en basalto oscuro hacia la primera mitad del siglo XII. La fase inicial se reconoce por su imponente fachada con amplios arcos, mientras que otras estructuras más simples pero decoradas con elementos singulares en las bóvedas corresponden a etapas posteriores. Vinculado a este conjunto se redactó, entre los siglos XII y XIII, el Condaghe de Santa Maria de Bonarcado, un valioso documento en lengua sarda que recoge hechos históricos, económicos y sociales de gran relevancia.