El pueblo se sitúa en la región del Monte Acuto, en la parte sur del altiplano de Buddusò, a 750 metros de altitud. Además de contar con numerosos pastizales, bosques de alcornoques y un denso matorral mediterráneo, el territorio es especialmente conocido por sus numerosas canteras de granito blanco. El término “Buddusò” procede muy probablemente de biddisò (que significa “gorrión”), aunque en la Antigüedad el pueblo se llamaba “Gullusò”. Este territorio estuvo habitado ya en la época nurágica, como lo demuestran los restos de numerosos nuragas, dólmenes y tumbas de gigantes descubiertos en la zona. Durante la época romana, el pueblo fue una etapa importante en la ruta Karalis-Olbia, y de ese mismo período datan también los vestigios del centro de Caput Tyrsi, cerca de las fuentes del Tirso.
El pueblo se sitúa en la región del Monte Acuto, en la parte sur del altiplano de Buddusò, a 750 metros de altitud. Además de contar con numerosos pastizales, bosques de alcornoques y un denso matorral mediterráneo, el territorio es especialmente conocido por sus numerosas canteras de granito blanco. El término “Buddusò” procede muy probablemente de biddisò (que significa “gorrión”), aunque en la Antigüedad el pueblo se llamaba “Gullusò”. Este territorio estuvo habitado ya en la época nurágica, como lo demuestran los restos de numerosos nuragas, dólmenes y tumbas de gigantes descubiertos en la zona. Durante la época romana, el pueblo fue una etapa importante en la ruta Karalis-Olbia, y de ese mismo período datan también los vestigios del centro de Caput Tyrsi, cerca de las fuentes del Tirso.
Buddusò es una localidad de considerable tamaño que debe su prosperidad a la ganadería ovina, a la extracción de granito, así como al trabajo y al comercio del corcho. Su casco antiguo está recorrido por calles empedradas, bordeadas de antiguas construcciones de piedra oscura. Muy cerca del pueblo se encuentran los nuragas Iselle (en dirección a Pattada) y Loelle (hacia Mamone), y resulta imprescindible una excursión por los montes de Alà. La iglesia parroquial de Santa Anastasia es interesante, sobre todo por los cuadros conservados en la sacristía. Asimismo, se recomienda vivamente visitar el museo de arte moderno, donde se exponen esculturas de artistas de diferentes países que, en el pasado, con ocasión de un simposio celebrado en este pueblo, solían donar sus obras a la localidad.