En Bitti, se encuentra el primer museo sardo del “canto tenor” que se encuentra en el antiguo barrio de Monte Mannu, en el interior de una típica casa local con suelos “en taulatu”, de madera, y techo de caña y vigas de enebro.
El museo acoge el material sonoro de los más conocidos complejos vocales sardos y tiene como objetivo el estudio y la valoración de los diferentes “cantos tenor” de la isla, así como la programación de convenciones sobre canto sardo y mediterráneo. Se trata de un importante centro de estudios sobre la polifonía de la Cerdeña central, que colabora con los países en los que el canto tradicional es, todavía hoy en día, practicado y quiere convertirse en centro de investigación y un lugar de referencia para estudiantes, investigadores, grupos de cantores, apasionados y visitantes. El “canto tenor” es la expresión musical más arcaica de la Cerdeña central. Proviene de cuatro cantores llamados “bassu” (bajo), “contra” (contralto), “mesu oche” (media voz) y “oche” (voz), dispuestos en círculo.
Es difícil establecer los orígenes del canto tenor que, según algunos, dataría de cuando el pastor vivía en la soledad del campo, en estrecho contacto con el ganado y con la naturaleza: es posible que “sa contra” nazca de la imitación de la oveja, “su bassu” de la vaca y “sa mesu oche” de la imitación del sonido del viento. El museo es único en su género, incluso por la presencia de algunos subsidios tecnológicos innovadores, La zona de los “tenores”, por ejemplo, está formada por cuatro totem, provistos de monitor y sistema audio activable por el espectador, dispuestos en círculo como lo “tenores” durante el canto, que permiten al visitante interactuar con los cantores virtuales. De hecho, las cuatro voces, sincronizadas entre ellas, también se pueden escuchar de forma separada para poder percibir el componente individual junto con el resultado de la polifonía.