Recorriendo la carretera estatal 131 desde Nuoro hasta Olbia, quedarás embelesado por su blanco imponente y sus precipicios. El monte Albo, llamado así por el color claro de sus rocas calizas, presenta una cresta alargada, de unos veinte kilómetros de longitud, que domina el Baronìe. El macizo, incluido principalmente en el territorio de Lula y Siniscola y en parte en el de Galtellì, Irgoli, Loculi y Lodè, es tan rico en gargantas y cuevas, paredes verticales y profundos barrancos, que se ha ganado el sobrenombre de "dolomita sarda". Sus cavidades se utilizaban a menudo como refugios. En la de Bona Fraule, posiblemente un lugar de culto en la antigüedad, se encontraron espadas y puñales de hierro. Muchos picos del bastión calcáreo superan los 1.000 metros: los picos son Punta Turuddò y Punta Catirina, donde se encuentra la cueva de Janna Manna, que tiene 200 metros de largo. Los dos picos "gemelos" se alzan uno frente al otro, ambos de 1127 metros de altura. Oculto entre ellos se encuentra el agujero de golondrina de sa Tumba 'e Nurai.
La montaña cuenta con rutas de senderismo bien señalizadas: a lo largo de las crestas y a través de los puertos podrás contemplar hermosas vistas. Hay pocos rincones de bosque y por todas partes matorral mediterráneo y endemismos; no es casualidad que la Sociedad Botánica haya catalogado Monte Albo como lugar de interés nacional. El accidentado terreno está muy densamente poblado: podrás avistar jabalíes y muflones en las rocas o martas y gatos monteses trepando por pinos centenarios. Sobre las cumbres nevadas vuelan el águila real, el azor, el cuervo imperial y la chova piquirroja. En la parte norte, subiendo por donde la vegetación se adelgaza, afloran las rocas. Te parecerá un paisaje "lunar", sobre todo la punta muy blanca sos Aspros. Alrededor hay afloramientos de granito y pequeñas mesetas basálticas, llamadas gollei.
El hombre ha habitado la montaña desde al menos el Neolítico, como demuestra la domu de Janas de Mannu 'e Gruris. Numerosos testimonios nurágicos sobre las cumbres, por ejemplo Littu Ertiches. De la época romana se conserva una estatuilla de bronce del dios Esculapio. A lo largo de los senderos también observarás señales dejadas por el hombre más recientemente, en particular los pinnettos de piedra y madera, durante siglos viviendas de pastores.