Un paraíso costero que te dejará sin aliento. La playa de Capo Comino, en el territorio de Siniscola, en Baronìa, es de arena blanca y muy fina, y forma gigantescas dunas blancas salpicadas de enebros, plantas características del Mediterráneo y rocas esparcidas por la orilla. El mar se distingue por una tonalidad celeste particular. Las aguas son extremadamente transparentes y se funden con el verde de la vegetación y con la isla Ruja, una roca de pórfido rojo a la que se puede llegar nadando o a pie. Al sur, donde la zona se vuelve rocosa, hay un faro, situado cerca del promontorio que da nombre a la zona.
El lugar cuenta con un amplio aparcamiento y servicios de restauración. Es además la meta ideal para los surfistas y es amada por quienes practican pesca submarina. Detrás de la playa, se encuentra la zona húmeda de los estanques de Salina Manna y Salinedda, que ofrecen hospitalidad a una rica fauna lacustre. El entorno naturalista lo ha convertido en un lugar ideal para películas de algunos cineastas, como Lina Wertmüller, que rodó algunas escenas de "Abrumados por un destino insólito en el mar azul de agosto" (1974), Carroll Ballard ("Black Stallion", 1979) y Guy Ritchie ("Swept Away", 2001).
Se puede llegar fácilmente a la playa pasando por el pueblo turístico de la Caletta, donde, además de un puerto bien equipado, se puede disfrutar de otra maravilla costera de Siniscola. El fondo marino frente al cabo Comino, a sólo unos cientos de metros de la orilla, es un paraíso para el submarinismo: aquí se encuentran los restos de una flota romana de la época del emperador Nerón, hundida durante una tormenta. Y en los mismos abismos yacen también el buque Comandante Bafile y un pequeño avión francés de 1942 y 1963, respectivamente.