El único aún habitable de los 88 castillos medievales sardos, convertido en un fascinante museo, conserva formas que se remontan a mediados del siglo XIV. El castillo conocido como castillo de Eleonora de Arborea, aunque no se sabe con certeza si la jueza se alojó en él, se alza en Sanluri en el Medio Campidano, a 50 kilómetros de Cagliari. El edificio fue erigido a finales del siglo XII, durante la época judicial, una fortaleza estratégica en la frontera entre los juzgados de Cagliari y Arborea. Más tarde, Sanluri fue el centro de enfrentamientos entre la Corona aragonesa y el juzgado de Arborea. Según un documento de 1355, Pedro IV de Aragón quiso la fortificación -realizada en sólo 27 días- del castillo, escenario en 1409 de un sangriento y decisivo enfrentamiento entre tropas arbóreas y españolas, que finalmente conquistaron la residencia fortificada. La función militar desapareció y se convirtió en residencia, propiedad de varias familias nobles españolas: De Sena, Henriquez, Aymerich, hasta que, en 1920, los Condes Villa Santa, los actuales propietarios.
Te impresionará la poderosa estructura cuadrangular, con lados de 26 metros, y las cuatro torres angulares fortificadas, unidas por muros de 12 metros de altura y dos metros de grosor. Desde la entrada se accede al patio de honor, donde nos recibe una escalera coreográfica que "sube" a la primera planta del palacio. Hay muchos ambientes fascinantes: el estudio del Conde General Nino Villasanta, donde se encuentra su correspondencia con Gabriele D'Annunzio, las Salas Gondi y las Salas de Caza y de las Reinas, con mobiliario renacentista. En la planta baja se encuentra el salón de las milicias, en memoria de los sardos caídos en la Gran Guerra, donde se pueden admirar armas, armaduras y banderas donadas al conde por Emanuele Filiberto de Saboya, entre ellas la tricolor de la Victoria, que ondeó en Trieste en 1918 con motivo del paso a Italia. En el siglo XX, el general renovó la fortaleza y la utilizó como casa museo. Obra continuada por sus dos hijos. En la actualidad, el castillo está dividido en cuatro salas de museo. Dos albergan recuerdos y documentos de las guerras mundiales, las campañas africanas y el fascismo. La tercera alberga una impresionante colección de unas 400 obras realizadas en una cera especial (la mayor colección de este tipo en Europa). La cuarta se identifica en el barrio feudal con mobiliario, pinturas y esculturas de los siglos XVI al XIX.