En la ladera de una cresta de la colina Buoncammino se encuentra una de las zonas verdes más bellas de Cagliari: una especie de "jardín colgante", con una larga y pintoresca avenida arbolada. Al final de la avenida se encuentra la elegante fachada neoclásica del antiguo polvorín real, que desde 1933 alberga la Pinacoteca Municipal. El edificio militar fue destruido por una explosión y reconstruido en 1828 según un diseño del ingeniero militar Carlo Boyl. Tras un siglo de uso como cuartel y almacén, se convirtió en espacio museístico tras una nueva modernización. Tras cruzar el jardín, antes de entrar podrá admirar la fachada del palacio, con sus frisos de piedra caliza y el tímpano coronado por tres estatuas talladas en mármol de Carrara.