Alghero se encuentra en un pedazo de tierra orientado al mar, a lo largo de la llamada “Riviera del Corallo”. De gran interés turístico, es conocida por las playas de arena blanca, además de por el amplio pinar que inicia en el pueblo y prosigue en dirección de Porto Conte. El inerior es rico en lugares arqueológicos que datan de la Prehistoria. La ciudad conserva una fuerte identidad lingüística y cultural catalana, así como un centro histórico muy significativo, de características propias del siglo XV.
En el centro histórico de Alghero, se distinguen tres núcleos principales: un primero, en la parte N/O, desarrollado entre la calle Sant’Erasmo, la calle Ospedale, la calle Santa Barbara y la calle Manno, conectado con la Piazza cívica, centro institucional y al núcleo militar de Castellas; el segundo, en relación a la serie de calles paralelas a la línea costera y comprendidas entre la calle Carlo Alberto y la calle Cavour, conexión entre los pueblos vecinos con la catedral de Santa María y con los barrios más modestos, orientados al S; un terer polo, del siglo XV, orientado al E, entre la calle Gilbert Ferret y la calle Roma. Alghero fue eregida en el siglo XII por la familia de los Doria. La elección de construir una ciuidad fortificada en esta zona se deriva de la naturaleza del lugar, de fácil defensa de los ataques externos. La forma de la ciudad sigue las líneas del promontorio, donde fue implantada, con fucnión de atracadero para los navíos procedentes de Liguria. De la fase románica del asentamiento fortificado, se conservan escasas huellas, incluidas en las estructuras erigidas después de la conquista aragonesa, entre los siglos XIV y XV. El desarrollo del centro urbano siuió la directriz que desde el puerto conducía al interior, con el crecimiento, hacia el S, del barrio popular ya construido anteriormente. Las plazas principales eran dos: las actuales Piazza civica y Piazza del Teatro.