El pueblo tiene orígenes antiguos, que se remontan al Paleolítico Inferior, como demuestran los numerosos nuraghes, entre ellos el nuraghe Voes. La zona cuenta con tres dólmenes y tres tumbas de gigantes. Algunos yacimientos han producido numerosos hallazgos arqueológicos, entre ellos una estatuilla de bronce que representa un monstruo antropomorfo, mitad toro y mitad hombre. En la Edad Media, formó parte del Judicat de Torres y de la Curatoria del Montacuto. Durante el periodo feudal, Nule perteneció a la familia Teller Girón, bajo cuyo dominio permaneció hasta 1839. El pueblo es famoso por sus finas alfombras hechas a mano, únicas en su género.
El pueblo tiene orígenes antiguos, que se remontan al Paleolítico Inferior, como demuestran los numerosos nuraghes, entre ellos el nuraghe Voes. La zona cuenta con tres dólmenes y tres tumbas de gigantes. Algunos yacimientos han producido numerosos hallazgos arqueológicos, entre ellos una estatuilla de bronce que representa un monstruo antropomorfo, mitad toro y mitad hombre. En la Edad Media, formó parte del Judicat de Torres y de la Curatoria del Montacuto. Durante el periodo feudal, Nule perteneció a la familia Teller Girón, bajo cuyo dominio permaneció hasta 1839. El pueblo es famoso por sus finas alfombras hechas a mano, únicas en su género.
El pueblo cuenta con varias iglesias, entre ellas la de Santa María, con su antiguo campanario, único en Cerdeña. El edificio alberga un delicado altar de madera de estilo barroco. Cerca de allí, la iglesia de Santa Croce data del siglo XVI y alberga un importante crucifijo de madera del siglo XVII. Una visita a Nule debe incluir un paseo hasta el espléndido mirador de la colina de San Paolo, una magnífica atalaya desde la que se divisa todo el Goceano. También merecen una visita los nuraghes que salpican la zona, situados en un entorno excepcional. La principal producción artesanal está vinculada al arte de tejer alfombras con deslumbrantes diseños de frama, finas llamas de vivos colores, tejidas en telares verticales. Los motivos y combinaciones de colores están ligados a la tradición y se transmiten de madres a hijas. El excelente queso local de leche de oveja es especialmente popular.