Nacido gracias a un particular fenómeno geológico, se alza en una meseta entre nuraghi y relieves volcánicos y es escenario de numerosas leyendas protagonizadas por las janas, seres de hadas de la mitología sarda. Sa Pedra Mendalza, literalmente 'la piedra que limpia o repara', es un bloque basáltico de unos cien metros de altura que emerge no lejos del pueblo de Giave, en el fascinante paisaje diseñado por los cráteres volcánicos del Meilogu. En lenguaje geológico, se define como un neck, que se originó a través de un proceso que comenzó hace quizás dos millones de años, como resultado de la obstrucción y extinción de un volcán. Con el tiempo, el agua y el viento erosionaron pacientemente el cono, mientras que la "tapa" de magma interna se solidificó, conservando su forma actual.
Se ha especulado que la "piedra" se consideraba sagrada desde la Antigüedad, como atestiguan varias iglesias de los alrededores. Aquí se originaron las leyendas que lo rodean, todas con un punto en común: se dice que el interior del antiguo volcán estaría habitado por janas, las hadas que moran en las cavidades y barrancos naturales de Cerdeña. El lado noreste, más liso que los demás, presenta una especie de "mancha" en su base, donde se abriría una entrada secreta. De aquí parte también su camminu de sas fadas (el sendero de las hadas), en realidad una franja de basalto creada por un río de magma que fluye desde el volcán y que rellena las grietas del suelo calcáreo. A través del sendero, hadas mágicas recorrían de noche los pueblos vecinos, en busca del "fuego purificador", elemento al que tal vez esté vinculado el origen del nombre de mendalza. La roca también contendría tres cofres en su interior, uno lleno de oro, otro de plata y el tercero poblado por las mortíferas muscas magheddas (o maceddas), moscas monstruosas con el poder de devastar pueblos enteros.
A poca distancia del bloque basáltico, se puede observar y, con precaución, llegar a la base de otro cráter volcánico, que abarca unas dos hectáreas. Desde 1994, los cráteres de Meilogu son monumentos naturales protegidos. El más característico de los cinco pertenecientes al complejo se eleva aproximadamente un kilómetro al norte de Pedra Mendalza: es el monte Annaru-Poddighe. Con casi 500 metros de altura, posee un cráter casi intacto. En los meses fríos se puede observar allí un pequeño lago, mientras que en primavera y verano se puede entrar y contemplar su estructura. El territorio de Giave es fascinante por su geología, pero no sólo eso, se asoma al Valle dei Nuraghi, una de las zonas con mayor densidad de fortalezas nurágicas. Incluye el característico nuraghe Oes, con dos torres, un torreón de tres pisos y una torre secundaria, que contenía una única cámara. Junto a él hay una zona sagrada, con un templo megaron, una tumba de gigantes y lo que muy probablemente fue un círculo megalítico.