Según la tradición, el nacimiento del pueblo se produjo tras la epidemia de peste de la ciudad romana de Biora, que los habitantes abandonaron. Sus ruinas aún pueden verse en el fondo del valle, no lejos de la iglesia rural de San Sebastiano. Serri creció en torno a la iglesia parroquial de San Basilio Magno, construida hacia 1100 en estilo románico pisano.
Esta iglesia, con su fachada de tejado plano, presenta un pórtico central abierto por un arco de medio punto rematado originalmente por un rosetón. Dos columnas de piedra retorcida decoran los laterales, mientras que en la parte superior se puede ver el escudo del obispo (1771) que representa a San Basilio el Grande. El altar mayor, también dedicado a San Basilio, está recubierto de una hermosa marquetería de mármol, al igual que la balaustrada que rodea el presbiterio. Este mobiliario fue encargado por el canciller Giovanni Battista Cossu en 1761 y 1780 respectivamente. No lejos de aquí, se pueden admirar los restos del nuraghe de S'Uraxi. El casco antiguo alberga también la iglesia de S. Antonio, de una sola nave, rematada por una bóveda de carpintería entrecruzada con arcos de medio punto que data de 1770. Pero el monumento más interesante de Serri es sin duda el gran santuario nurágico de Santa Vittoria, lugar de culto de importancia regional al que acudían gentes de toda Cerdeña durante la Edad de Bronce. Situado en el extremo suroccidental de la giara de Serri, comprende cuatro grupos principales de edificios repartidos en más de 3 hectáreas: dos templos pozo con la «cabaña del sacerdote», el gran «recinto del festival», el recinto del «doble betylus» y, por último, el grupo situado al este-sureste, mientras que la «cabaña del jefe» y otras zonas están separadas.
La importancia de este santuario intercantonal se debe no sólo a la complejidad y riqueza de su arquitectura, sino también al gran número de estatuillas de bronce bellamente labradas, que se utilizaban como exvotos reproduciendo figuras de todas las clases sociales, barcos y otros objetos que hoy nos permiten comprender mejor la vida cotidiana en la época nurágica. Todos estos objetos, junto con otros hallazgos arqueológicos procedentes del mismo yacimiento, se exponen en el Museo Arqueológico Nacional de Cagliari. La fiesta de Santa Lucía se celebra el tercer domingo de mayo y de septiembre, al mismo tiempo que la feria de ganado, que desde hace mucho tiempo es una de las más importantes de la isla. Otra fiesta, dedicada a Santa Victoria, se celebra el 11 de septiembre, con bailes y cantos en el santuario rural cercano al yacimiento arqueológico.