Una finca de finales del siglo XIX ha evolucionado a lo largo de las décadas de granja a oasis natural con un exuberante jardín de variedades vegetales de todas las especies. Se extiende a lo largo de cuatro hectáreas entre los relieves de Marghine y la meseta de Campeda, y es el legado dejado por un ingeniero galés, que desembarcó en la isla en 1863 para diseñar la red ferroviaria (Cagliari-Olbia y Chilivani-Porto Torres), realizada por la compañía italo-inglesa "Compagnia per le ferrovie reali sarde". El personaje célebre es Benjamin Piercy, un hombre poderoso y muy rico, enamorado de Cerdeña y besado por la fortuna, al menos hasta su enfermedad durante un banquete que acabó con su vida (1888). A cambio de la actividad en las mayores obras públicas de Cerdeña (hasta entonces), recibió también varios terrenos en la zona de Bolotana, donde realizó, con una inversión de más de un millón de liras, asombrosa para la época, una moderna empresa, definida "monumento erigido a la agricultura".

En la finca de Badde Salighes (valle de los sauces) construyó también una majestuosa residencia de estilo inglés, el hogar familiar, donde vivían en un ambiente de lujo con constantes fiestas entre nobles ingleses e italianos: se dice que Umberto di Savoia, futuro rey de Italia, era un visitante frecuente.