Con el encendido de las espectaculares hogueras en honor de San Antonio Abad, un antiguo y solemne rito difundido en muchos pueblos de la isla, Cerdeña recupera el alma y el entusiasmo con el carnaval. Su Karrasecare tiene muchos rostros: cada comunidad lo celebra según sus propios códigos, vocaciones y particularidades. Tradicionalmente, el 17 de enero, los fuegos de San Antonio marcan el comienzo, el fin llega el miércoles de ceniza, cuya celebración más fascinante es en Ovodda. Son los primeros acontecimientos del año que animan a un pueblo que revive todos los inviernos rituales transmitidos durante siglos. Sacro y profano, pasión e identidad, ritmos modulados y momentos eufóricos, como en Gavoi, con el sonido festivo de los tumbarinos (músicos de tambores). En todos los pueblos, de norte a sur de la isla, durante la fiesta se pueden degustar las delicias típicas del carnaval: habas y tocino, pistiddu y coccone, zeppole y buen vino.
Las máscaras tradicionales, de su connottu, evocan momentos de la vida agro-pastoril relacionados con el clima y el medio ambiente. En el corazón de Cerdeña, en muchas comunidades barbaracinas, en un ambiente de euforia aturdida, las escenas misteriosas cobran vida y emanan sugerencias intensas. En Mamoiada son protagonistas los Mamuthones. Vestidos de piel de oveja negra y con el rostro cubierto de grotescas máscaras de madera que ocultan su identidad, actúan en una misteriosa danza ancestral, con campanas en los hombros. Los Issohadores, mientras tanto, con un corpiño rojo y una máscara blanca, capturan las máscaras de los animales (y espectadores) con una cuerda. En Ottana están los Boes y Merdules, mientras que en Orotelli los Thurpos (ciegos), cubiertos con abrigos de orbace negro con capucha negra y caras recubiertas de hollín, tomado de las cenizas de las hogueras. Simbolizan la relación entre el hombre y el animal, entre amo y siervo. S’Urzu (ogro u oso), una cabeza de cerdo con cuernos largos y pañuelo negro de mujer, es el personaje típico de Fonni y de pueblos de Oristano como Samugheo y Ula Tirso.
Característicos de Cerdeña son sos karrasegares a caddu, exhibiciones ecuestres que celebran el caballo, un elemento fundamental de la vida agro-pastoril. De la temeraria Carrela ‘e Nanti deSantu Lussurgiu (en Montiferru) a las figuras acrobáticas de las Pariglie de Bonorva (en Meilogu), de la Piñata de caballo de Benetutti (en Goceano) a la de Oniferi (en Nuorese). De todas destaca el famoso carrusel ecuestre de la Sartiglia de Oristano. El Domingo de Carnaval y el Martes de Carnaval, un grupo de jinetes se lanza a velocidad al galope a lo largo de la Via del Duomo, en las "carreras por la estrella". Están dirigidos por su Componidori, a la cabeza de carrera y juez supremo, ni hombre ni mujer, cuyo vestuario corresponde a las sas massaieddas (jóvenes vírgenes). Él decide el destino de los caballeros, tratando de introducir la estrella con la espada y su stoccu (varilla de madera elaborada), esperanza de buena cosecha.
No sólo ritos ancestrales, sino también carros alegóricos. Por sus características altamente simbólicas, destaca el karrasegare osinku de Bosa (en Planargia), uno de los carnavales más famosos de Cerdeña. El martes de carnaval es un día especial. Por la mañana se celebra s’Attiddu: las máscaras femeninas, usadas por los hombres con caras manchadas de hollín, pasean por las calles emitiendo gemidos en falsete. Por la noche las máscaras con ropa blanca, con una linterna, buscan a Giolzi (Rey Giorgio), símbolo del carnaval. Los sabores viaregginos y venecianos se pueden encontrar en el carnaval alegórico más famoso de la isla, el tan colorado de Tempio Pausania, en Gallura. Otras citas "clásicas" que no deben faltar son las de Su Marrulleri de Marrubiu y las del Medio Campidano de Guspini y Samassi.