Se yergue sobre el altiplano del Gollei, en el territorio de Dorgali, a unos diez kilómetros del centro habitado, rodeado por ásperos relieves, olivos milenarios y vegetación mediterránea. Serra Orrios es uno de los complejos nurágicos mejor conservados; realizarás un viaje en el tiempo a una aldea santuario, totalmente construida con bloques de basalto, que por sus dimensiones y estructura arquitectónica representa un asentamiento protourbano que presupone un diseño.
Observarás de cerca, gracias al buen estado de conservación, la construcción civil y de culto de la edad nurágica. La aldea está rodeada por un centenar de cabañas circulares construidas con un zócalo de hileras de piedras y, en origen, cubiertas con frascas. Son sencillas o se articulan en varios ambientes, también para proteger los animales, típicos de una sociedad dedicada a la agricultura y cría, que se abran a un solo patio dotado de pozo. En las paredes se han realizado nichos o huecos. Los suelos son de losas de piedra, con cantos o simplemente batidos. En el centro se había realizado el hogar, circular y delimitado por piedras. Para impermeabilizar las estructuras se usaba arcilla y, quizás, corcho. Las viviendas se agrupaban en tres núcleos, conectados por calles y plazas. Destaca, aislada, la «cabaña 49», quizás la cabaña de las reuniones, caracterizada por una planta curvilínea y provista de banco asiento y frente precedido de vestíbulo.
La aldea-santuario, además de dos sepulturas megalíticas, presenta dos áreas sacras, cada una con un templo de megaron, edificio de culto típico de la civilización micénica, hecho que presupone los influjos del Egeo. Los dos templos, quizás destinados al culto de las aguas, son de planta rectangular y están dotados de recinto, presentan una estancia antes de la cela y la cela longitudinal, separada por un banco-asiento. Una de las dos áreas está separada del poblado por un poderoso recinto circular; la otra con un templo bien conservado, está en el interior de la aldea, separada por un recinto sacro rectangular.
La vida milenaria de la aldea de Serra Orrios, iniciada en la edad de Bronce antiguo (XVI a.C.) y finalizada en la edad de Hierro (siglo IX-VI a.C.), se desarrolla alrededor de un mercado, con actividades acompañadas por un fervor espiritual. El periodo de mayor intensidad fue entre el Bronce reciente y final, son testigos numerosos productos cerámicos, ollas de cuello cilíndrico, cuencos aquillados y jarras decorada, encontradas en la excavaciones y conservadas en el museo arqueológico de Dorgali. En la sala dedicada a la civilización nurágica se exponen junto a pesas de telas, torteras y carretes que son prueba de prácticas de hilado y tejido, y a hornos figulinos, vasijas, morteros, muelas y matrices de fusión, que son testigo de una intensa actividad productiva.
Desde Serra Orrios llegarás fácilmente a otros interesantes yacimientos nurágicos: los más cercanos son los nuraghi Oveni y Purgatoriu y las tumbas de Gigantes de Biristeddi. En el territorio de Dorgali, uno de los más amplios de la isla (225 kilómetros cuadrados), habitado desde el Paleolítico, están diseminados más de 200 sitios de la edad de Bronce: 45 nuraghi, un centenar de núcleos y una cuarentena de tumbas de Gigantes, entre otras la más famosa es s’Ena e Thomes el monumento funerario símbolo de la edad nurágica con su estela con una altura de casi cuatro metros. Entre las aldeas imposible no visitar Tiscali, en mitad del territorio de Oliena, primer sitio nurágico y posteriormente también lugar habitado por comunidades indígenas (civitates Barbarie) abiertas al tráfico con la península itálica. Entre las «torres» destacan los nuraghi Arvu y Mannu, que dominan desde arriba Cala Fuili, ambos emblemáticos de la reutilización en época romana. Alrededor del Mannu se superpone un yacimiento romano con una amplitud de más de dos hectáreas, «vivo» hasta la edad imperial tardía. Mientras que los testigos prenurágicos más significativos, que se remontan al Neolítico, destacan las 55 domus de Janas, entre otras las de Marras, Pirischè y Campu Marinu, y el dolmen de Motorra.