"Sentado" a los pies de Giara, una meseta basáltica que representa un oasis natural sin igual, Setzu es un minúsculo centro agropastoral de unos 150 habitantes, el más pequeño del sur de Cerdeña y uno de los últimos de toda la isla en cuanto a número de residentes. Su economía se basa en la agricultura y la ganadería: es conocido por la producción de carne, queso, vino y por las setas y caracoles, "bases" de las especialidades culinarias tradicionales, que podrás degustar a mediados de agosto durante la fiesta de la fregola y de su pani indorau. El nombre del pueblo significa "viejo" (de su becciu, su belzu/elzu, s'etzu), siendo el más antiguo de los pueblos vecinos, en la Edad Media parte del juzgado de Arborea.
Su territorio abarca unas 250 hectáreas de la vertiente sur occidental de Giara, así como otras colinas "extensas" de la Marmilla. El símbolo del lugar es una especie equina salvaje única en Europa: los caballitos de Giara. Podrás observarlos de cerca mientras galopan entre alcornoques, robles pubescentes, encinas, acebuches y matorrales mediterráneos. El área es perfecta para equitación y biking.
El centro ha conservado la arquitectura tradicional con casas campidanesas de piedra, caracterizadas por portales arqueados y pórticos interiores (lollas). Se disponen alrededor de la iglesia parroquial de San Leonardo, construida en el siglo XIII con formas románicas y venida a menos hasta su renovación en el siglo XVII, con claras referencias de estilo barroco. Junto a la iglesia se alza el campanario de planta cuadrada, testimonio de la estructura románica original. El patrón se celebra a inicio de noviembre. El otro santuario del pueblo está dedicado a San Cristóbal. Setzu está muy apegada a las tradiciones: un momento muy esperado por la comunidad es la fiesta de San Ignacio de Laconi, a finales de agosto. Parte del patrimonio cultural del pueblo reside en el antiguo granero y en el museo multimedia Filo di Memoria, creado en 2011 en una antigua residencia reformada en el corazón del pueblo. Cuenta, también a través de cuentos, la arqueología prehistórica y la historia del centro en tres salas. El recorrido de la exposición te invitará a una "confrontación en vivo" con la Diosa Madre y las Janas, en un viaje virtual entre el V y el III milenio a.C., época en la que el territorio estaba poblado, como atestiguan las Domus de Janas de Domu 'e s'Orcu y Grutta sa Perda. Restos de torres nurágicas atestiguan la presencia humana en la Edad de Bronce: cerca del nuraghe s'Uraxi, también se han encontrado numerosas cerámicas romanas. Del mismo período en la localidad de Corte Muros han salido a la luz partes de muros y cuberturas de viviendas. Mientras que en la localidad de Nuraxi 'e Setzu observarás los restos de una aldea de la época imperial.