Situada en medio de la fértil llanura del Campidano, Sàrdara siempre ha desempeñado un papel estratégico en las comunicaciones, sobre todo en la Edad Media, cuando la ciudad limitaba con los Judicatos de Arborea y Calari. Aún pueden verse los restos de una gran muralla. El territorio del municipio de Sàrdara, habitado desde la prehistoria, tuvo especial importancia durante la época nurágica: alberga el templo del pozo de S. Anastasìa, que fue uno de los lugares de culto más importantes de la isla entre las Edades del Bronce y del Hierro. De aquí procede la cerámica de formas elegantes que se conserva en el museo arqueológico Villa Abbas. Durante la dominación romana, la presencia de fuentes termales propició la aparición de un núcleo urbano densamente poblado que, según los textos, se denominaba Aquae Neapolitanae.
Sin embargo, la importancia de Sàrdara no disminuyó después, como demuestran las numerosas iglesias diseminadas por el tejido urbano. De hecho, junto al pozo nurágico de S. Anastasìa se alza la iglesia del mismo nombre, construida en estilo gótico tardío (siglo XV). Muy cerca, la iglesia parroquial románico-gótica de la Beata Vergine Assunta fue construida entre los siglos XIV y XV. La iglesia tiene algunas características interesantes: los arcos y la bóveda estrellada de la primera capilla de la derecha están tallados con relieves inusuales, hay una estatua de S. Bartolomeo y un órgano de tubos que data de 1758. La antigua iglesia parroquial de S. Gregorio, construida en el siglo XIV durante la transición del románico al gótico, también cuenta con elementos arquitectónicos muy originales. Aunque se celebran numerosas fiestas religiosas de gran belleza -San Antonio en junio, la Asunción en agosto, San Gregorio en septiembre y Santa Anastasia en noviembre-, la más importante es la de Santa María Aquas, que tiene lugar el penúltimo lunes de septiembre: la imagen de la santa se traslada en procesión en una carreta de bueyes desde el pueblo hasta la pequeña iglesia rural situada a unos 4 km. A pocos kilómetros del pueblo, las Thermes de Sàrdara cuentan con dos modernas instalaciones balnearias, no lejos de los restos de unas termas romanas. Pero la existencia del nuraghe Arigau indica que el hombre ha habitado esta zona desde el Neolítico. Junto con Aggius, Laconi y Gavoi, el pueblo de Sàrdara recibió en julio de 2005 la prestigiosa bandera naranja del Touring Club Italiano, que reconoce a los pequeños pueblos del interior que destacan por la calidad de sus instalaciones y su hospitalidad.