El centro habitado ha conservado las características de los centros cuya economía se basa principalmente en la agricultura. La presencia de poblados nurágicos y los hallazgos arqueológicos en los alrededores indican que el hombre ha vivido aquí desde la Edad de Bronce. Además de los asentamientos prenurágicos y nurágicos, los restos púnicos y romanos también demuestran que Trexenta fue de gran interés para estos pueblos. El nombre de «Selegas» podría derivar de la abundancia de cultivos de centeno en los alrededores, cereal con el que se elaboraba el pan negro con el que la plebe romana saciaba su hambre, o bien del latín segetes (que significa «cereales variados» y, por tanto, «la tierra de Ceres» (diosa de las cosechas).
La estructura urbana del pueblo, típica de las zonas agrícolas, es especialmente interesante. Además, las casas están adornadas con murales, recientemente restaurados, que cuentan diferentes historias, desde temas renacentistas (como los de Liliana Cano) a los relacionados con la economía y la producción local, pasando por los inspirados en cuestiones sociales (Luigi Pu). La iglesia de Santa Ana, patrona de Selegas, se encuentra en el corazón del pueblo. En julio, se celebra una procesión nocturna en su honor, con una banda de música, carabineros a caballo y grupos folclóricos desfilando por las calles. Concursos de poesía y fuegos artificiales completan el evento. Antiguamente, también se celebraban carreras de caballos conocidas como su paliu de Sant'Anna. En el pueblo, merece la pena visitar la iglesia parroquial de Santa Vittoria, la iglesia de Santa Vitalia y la iglesia más pequeña de Sant'Elia, el oratorio del siglo XVI y los restos de N.S. d'Itria.
A sólo 2 km de Selegas, Seuni fue antaño una aldea agropastoril con una economía y tradiciones sólidas, pero hoy es un pequeño núcleo de unos 300 habitantes. Muchos de sus habitantes optaron por trasladarse a Selegas después de la guerra. La iglesia de Santa Vittoria Vergine Martire, del siglo XVI, merece una visita por su estructura arquitectónica. Las fiestas patronales, celebradas en honor de esta santa en mayo, incluyen tanto ceremonias religiosas como civiles. Por último, a los amantes del «arte pobre» en un entorno rural les interesará visitar el casco antiguo de Seuni.