El pueblo de Teti disfruta de una vista panorámica con el fondo de las cumbres rocosas que rodean el lago de Cucchinadorza, la segunda de las cuencas artificiales del río Taloro. El territorio de Teti ofrece un patrimonio medioambiental de gran interés, ya sea desde el punto de vista floral como animal. Con una posición privilegiada, conserva numerosos testimonios arqueológicos que datan del periodo prenurágico y nurágico. Su nombre proviene de la planta "Smilax aspera", llamada "titione" en el dialecto de Teti, que crece en todo el territorio. Rico en bosques forndosos y manantiales, es un destino único para los aficionados al senderismo. Entre los testimonios de naturaleza arqueológica están diversos pueblos nurágicos, como Abini, s'Urbale, su Carratzu y su Ballu. Se recomienda la visita a los monumentos nurágicos Alinedu y Turria, y a las tumbas de los gigantes de Atzadalai y de s'Urbale. El pueblo cuenta hoy con aproximadamente ochocientos habitantes y la economía se basa principalmente en el sector terciario y la ganadería.